Si lo recordáis, nos habíamos quedado con
Millikan, que había encontrado que la electricidad venía en paquetitos llamados
electrones, todos de la misma carga, y con un tal Ehrenhaft, que había
encontrado subelectrones y había dejado a la comunidad científica a cuadros.
Veamos cómo continúa esta historia.
Precisamente Ehrenhaft era uno de los muchos
científicos que se habían dedicado a medir la carga del electrón (a la que me
referiré como e a partir de ahora).
Cuando Millikan, en uno de sus artículos, da el valor de e que ha obtenido con su método, propone tomar un valor para e teniendo en cuenta también los resultados de otros experimentadores, como
Rutherford y Geiger, o Planck. Es decir, considera que la carga del electrón es
la media de los diferentes valores obtenidos por diferentes investigadores. Sin
embargo, así como toma algunos valores, también descarta otros. Entre los
valores que Millikan no considera para hacer su media final se encuentra el
valor de e propuesto por Ehrenhaft.
Según Millikan, su método se basaba en demasiadas hipótesis y era poco preciso
experimentalmente.
Pero el método de Millikan no era para tirar
cohetes precisamente. Él mismo aceptaba que las medidas eran complicadas y se
basaban en observaciones personales. Tanto él como su ayudante Begeman
calificaban las series de medidas con desde 0 hasta 3 estrellas (de aceptables
a excelentes). A partir de cada serie de medidas se obtenía un valor de e, al cual se asignaba un peso
determinado, cosa que permetía hacer una media ponderada con los resultados de
las otras series. El valor de este peso no se explicaba de dónde salía. Lo que
está claro, en cualquier caso, es que Millikan sabe a dónde quiere llegar: a la
carga del electrón. Él mismo comenta que ha descartado algunos puntos
experimentales por estar sujetos a demasiadas incertidumbres, a pesar de dar un
buen resultado. Y, además, comenta que también ha descartado una medida que le
daba un valor de e un 30 % más bajo
de lo normal, sin mayores justificaciones. En ciencia, descartar los puntos que
no dan “lo que tienen que dar” no es nada raro. Sin embargo, es una muestra de
la filosofía que hay detrás de ese experimento: tiene que dar e, y si no da, es que algo (experimental)
ha fallado, así que no cuento con ese punto. La teoría no ha fallado, la teoría
es lo que se supone que está bien. Los puntos raros serán, como mucho,
correcciones a la teoría, en ningún caso pruebas de que la teoría es errónea.
Pero todo esto, insisto, es lo de menos. Podríamos
tomar ese punto para los cálculos y nos daría un valor de e un poco diferente, pero ya está. El mayor problema está en las
series de medidas de Millikan. No se explica el criterio que hace que un punto
esté en una serie o en otra, no se explica qué criterios otorgan a un valor de
la serie más o menos peso y, en definitiva, la carga final e se obtiene haciendo promedios pesados de promedios pesados (y los
pesos, a “ojo”). Tal ingeniería numérica permitiría a uno obtener prácticamente
cualquier cosa que se propusiera.
Es en esta situación en la que aparece Ehrenhaft
para decir que él también ha hecho un experimento para determinar e, y que ha obtenido cargas que no son
un múltiplo de e. Y esto no es fruto
de un error experimental. Simplemente, es que la naturaleza es así, y no
estamos nosotros aquí para decirle a la naturaleza cómo tiene que ser, sino
para examinarla tal y como es. Para Ehrenhaft, la teoría sí está a prueba.
Pero la cosa no acaba aquí. Incluso si uno no pone
a prueba la teoría, ante todo debe ser riguroso. Ehrenhaft toma los datos del
artículo de Millikan y rehace todos los cálculos, pasando olímpicamente de los
pesos y las agrupaciones de datos por series. Si el método experimental es
bueno, todos los valores lo son. Punto. Hechos así los cálculos, ya no era en
absoluto evidente que los resultados fueran siempre múltiplos de e. Señor Millikan, usted también ha
encontrado subelectrones, lo que pasa es que se niega a observarlos. Para más
inri, Ehrenhaft notó que Millikan había colocado una gota cargada con 15,59 · 10-10 esu (unidad electrostática de carga) con las
que supuestamente tenían 3 electrones, y otra de 15,33 · 10-10 esu
con las que tenían 4. ¿Cómo explica que una gota con más carga que otra tenga
un electrón menos, Dr Millikan?
La
bofetada fue importante, además de justificada. Pero Millikan se pudo reponer y
volvió a la carga. Ah, me acabo de dar cuenta de lo que he dicho. “Volvió a la
carga”. De verdad que no me había dado cuenta del juego de palabras. En fin,
perdonad mis digresiones. El caso es que el contraataque de Millikan os lo
explicaré el año que viene.
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